El suicidio de menores es uno de los temas más preocupantes en la actualidad. En los últimos años se ha observado un aumento alarmante de suicidios e intentos de suicidios de menores en todo el mundo. La escuela desempeña un papel fundamental en la vida de los menores, por lo que es crucial que se involucre en la prevención y el abordaje de este problema. En este post os vamos a mostrar algunos datos sobre el suicidio en menores y abordaremos qué se puede hacer desde la escuela para ayudar a los menores.
Datos sobre el suicidio en menores
El suicidio es la principal causa de muerte en España entre los 15 y los 29 años. Este dato nos muestra muy claramente la tragedia que supone el suicidio y las conductas suicidas en menores. Según el estudio de la Fundación ANAR de ayuda a niños y adolescentes “Estudio sobre Conducta Suicida y Salud Mental en la Infancia y la Adolescencia en España (2012-2022)”, en 2021 se atendió a 748 menores de edad que en el momento de la llamada estaban intentando terminar con su vida. El número de casos con conducta suicida ha experimentado un acentuado crecimiento en el periodo 2012-2022 (1.921,3%), destacando el incremento producido en el periodo post-COVID-19, entre 2020 y 2022 (128%).
¿Qué se puede hacer desde la escuela?
La escuela juega un papel crucial en la vida de los menores y, por lo tanto, debe asumir la responsabilidad de abordar el problema del suicidio. Para ello, es importante que los docentes y el personal escolar reciban capacitación en la detección y manejo de situaciones de riesgo. Esto implica, además de la detección de los signos de alarma, la promoción de un entorno seguro y de apoyo emocional dentro del aula y del propio centro educativo.
A pesar de que el suicidio es un tema complejo, es fundamental que en los centros educativos se hable de depresión, de miedos, de autoestima, de ansiedad, de soledad y de todos aquellos sentimientos que puedan ser disparadores de situaciones de riesgo frente a las conductas suicidas. Por ello, es esencial implementar programas de educación emocional y programas de prevención del suicidio en el currículo escolar. Estos programas deben abordar temas relacionados con la salud mental, la resiliencia emocional, la comunicación efectiva y el manejo del estrés. Los docentes pueden incluir actividades que promuevan especialmente la empatía, el autoconocimiento y la resolución de conflictos.
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Señales para detectar riesgo de suicidio en menores
Como ya hemos señalado, es vital que los docentes estén capacitados para reconocer las señales de riesgo de suicidio en los menores. Por ello, es fundamental que los maestros y profesores mantengan una comunicación abierta y respetuosa con los estudiantes, brindándoles un espacio seguro para que puedan expresar sin miedo sus sentimientos y emociones. También es esencial establecer canales de comunicación efectivos con los padres y otros profesionales de la salud mental para garantizar una respuesta adecuada ante cualquier señal de riesgo.
Algunas señales de alarma para detectar el suicidio pueden incluir:
- Aislamiento social.
- Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban.
- Cambios extremos en el apetito o el sueño.
- Sentimientos de tristeza y desesperanza.
- Aumento de la irritabilidad o la ansiedad.
- Comentarios verbales sobre la muerte, el suicidio o la desesperanza.
- Mostrar signos de autolesión, como cortarse o lastimarse a sí mismos.
- Hablar de sentirse atrapados o sin esperanza ante una situación específica, como acoso escolar o problemas familiares.
- Dar regalos inusuales o despedirse de amigos y familiares.
Es importante tener en cuenta que estas señales pueden no siempre ser indicativas de pensamientos o intenciones suicidas, pero ante la posibilidad de que sí sean, es importante tomar medidas para buscar ayuda profesional y brindar apoyo emocional.
Actividades para realizar en el aula
El aula puede convertirse en un entorno propicio para fomentar la salud mental y prevenir situaciones trágicas. Aquí os presentamos algunas actividades que los docentes pueden implementar:
- Promover la empatía: para ello, se pueden realizar actividades que fomenten la comprensión y empatía entre los estudiantes como diseñar proyectos de investigación sobre problemas sociales, animar a los estudiantes a compartir sus experiencias y reflexionar sobre cómo se sienten los demás en situaciones difíciles
- Fomentar habilidades de resiliencia emocional: para ello debemos introducir actividades que ayuden a los estudiantes a desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia emocional, como por ejemplo practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda y la meditación, enseñar estrategias de manejo del estrés y fomentar el autocuidado emocional.
- Fomentar la comunicación efectiva: es fundamental proporcionar oportunidades para que los alumnos practiquen habilidades de comunicación efectiva, como el escucha activa, la expresión de sentimientos y la resolución de conflictos. Para ello, podemos realizar actividades en pequeños grupos donde los alumnos compartan sus pensamientos, sus sentimientos y sus emociones de manera respetuosa y constructiva. Esto les ayudará a desarrollar habilidades para expresar sus dificultades y buscar apoyo cuando lo necesiten.
- Sensibilizar sobre la salud mental: como ya hemos dicho, es importante que en la escuela se hable de salud mental y suicidio. Para ello, podemos organizar charlas y talleres sobre la importancia de la salud mental y la prevención del suicidio, invitando a expertos en el campo de la salud mental y a menores y padres que hayan pasado por alguna situación relacionada con el suicidio o intento de suicidio.
- Establecer programas de apoyo y mentoría: la implementación de programas de apoyo entre pares o de mentoría, donde los estudiantes puedan conectarse con compañeros mayores, siempre da muy buenos resultados. Estos programas brindan un espacio seguro para que los estudiantes compartan sus preocupaciones y encuentren apoyo emocional en otros compañeros. Además, los mentores pueden brindar orientación y recursos para aquellos que están pasando por momentos difíciles y detectar y dar la señal de alarma frente a posibles intentos de suicidio.
- Role play: donde los estudiantes pueden practicar cómo buscar ayuda de un adulto y cómo apoyar a un amigo que pueda estar pasando por un momento difícil.
- Trabajo en grupo: para investigar y discutir las formas en que se puede prevenir el suicidio y cómo prestar apoyo a los amigos que puedan estar pasando por un momento complicado.
Dónde buscar ayuda
Si detectamos o sufrimos algún problema relacionado con el suicidio, es fundamental buscar ayuda de manera inmediata. Para ello, contamos con diferentes recursos:
- Teléfono de la Esperanza: es una asociación sin fines de lucro que brinda ayuda emocional y apoyo psicológico. Tiene una línea telefónica 24 horas al día, los 365 días del año, que ofrece ayuda ante situaciones de crisis, ansiedad, estrés, entre otros. El teléfono es 717 003 717
- El Ministerio de Sanidad promueve la Línea 024 de atención a la conducta suicida. Se trata de una línea telefónica de ayuda a las personas con pensamientos, ideaciones o riesgo de conducta suicida, y a sus familiares y allegados, básicamente a través de la contención emocional por medio de la escucha activa por los profesionales del 024.
Por último, debemos recordar que siempre hay alguna persona a nuestro lado dispuesto a escucharnos y echarnos una mano y que toda situación problemática que podamos sufrir tiene una solución.