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¿QUÉ GARANTÍAS DEBE OFRECERTE UNA FORMACIÓN ONLINE CERTIFICADA?
- 09/05/2017
- Publicado por: idDOCENTE
- Categoría: EDUCACIÓN
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Repetimos a menudo aquella idea de que aprobar no es sinónimo de aprender. De igual forma, podemos decir que en la formación del profesorado realizar un curso con el único objetivo de obtener puntos para una oposición tampoco lleva al aprendizaje ni al desarrollo profesional. Una formación online certificada de calidad debe ofrecerte garantías en cuanto al entorno de aprendizaje, la metodología y el equipo tutorial.
Garantías de la formación online
A) Entorno de aprendizaje
Si disponer de un aula no nos garantiza un aprendizaje, tener un LMS tampoco. Podríamos empezar hablando de los requisitos técnicos, de las aplicaciones tecnológicas y de un diseño intuitivo y accesible para el alumnado. La gran mayoría de LMS (Learning Management System) cumplen sobradamente estos requisitos en mayor o menor medida. Lo importante es que esa tecnología aporte experiencias positivas de aprendizaje. Sólo un equipo profesional de programadores informáticos y diseñadores considera que es necesario una reflexión sobre ¿cuál es el propósito de la Tecnología Educativa? Y en función de ese criterio hace que la tecnología esté al servicio de la Pedagogía y no al revés.
Que también se tengan en cuenta los principios básicos de Accesibilidad y Usabilidad. Es decir, encontrándonos en un entorno virtual de aprendizaje, que los contenidos sean visualmente atractivos y motivadores, interactivos. Y que los soportes tecnológicos o programas que se requieran utilizar para seguir el curso, funcionen correctamente y estén adecuados a tu nivel como usuario de tecnología, no como experto. Es decir, que la tecnología sea un medio y no un fin de la acción formativa.
B) Metodología
Si desarrollamos un proceso de formación a través de Internet, debemos tener en cuenta una máxima fundamental e imprescindible: centrarnos en el proceso de aprendizaje más que en el de enseñanza. Que en las actividades se de más importancia a la acción, al aprender haciendo, a la reflexión y al trabajo en grupo que a completar aburridos test o leer interminables documentos. ¿Aprobarías hoy en examen teórico de conducir? Seguramente no. Reflexiona sobre cómo has aprendido y adquirido destreza en cualquier tarea o actividad que ya domines, y piensa cómo te gustaría aprender lo que necesitas.
Una acción formativa online debe ofrecer experiencias de aprendizaje reales, aquellas que sean creativas, que te permitan aprender lo que necesites y te permitan construir algo tuyo (un proyecto, una maqueta…) que será la evidencia más clara de tu aprendizaje.
En un entorno virtual de aprendizaje, es mucho más necesario una metodología didáctica que ayude a formar grupo y a establecer relaciones de colaboración entre los alumnos para evitar la sensación de soledad que resulta muy desmotivadora en estos entornos; y que al mismo tiempo si logramos esta cohesión estamos asentando las bases para que se produzca un aprendizaje social, que se construya conocimiento entre todos, dar mucho protagonismo a la inteligencia colectiva y al grupo de clase.
La mejor manera de aprender online es aprender de los demás y con los demás. Es muy enriquecedor y motivador las aportaciones de otras personas, que apoyen o complementen con su experiencia y sus conocimientos, que ofrezcan otros puntos de vista y otra manera de hacer.
El diseño de cursos empaquetados que se repite de manera sistemática una y otra vez, no sirve. De sobra sabemos, que todos los grupos de clase son diferentes unos de otros, que las relaciones entre sus miembros y parámetros de comportamiento siempre varían. Por tanto, debe existir un curso por cada grupo de clase. Y por supuesto, debe existir ese grupo de clase con un mínimo de alumnos. No existe nada más desmotivador para un alumno que acceder a un curso donde los últimos comentarios en los foros tienen fecha de hace meses y darse cuenta que es la única persona que realiza el curso en la convocatoria actual y que no va a poder interactuar con nadie más que con un tutor que aparece una vez al día para responder un correo. Un flaco favor a las enormes potencialidades del elearning «bueno», el que se preocupa por el aprendizaje del alumnado, y no de aquel sólo preocupado por hacer caja a costa de los alumnos.
C) Equipo tutorial
Nos permitimos insistir en el nivel de experto de los tutores, tanto por formación como por experiencia. Es del todo imposible que esas habilidades se puedan adquirir en un curso de 30 horas aunque lo promueva la Administración Pública.
En el post donde hacíamos referencia a lo necesario que es para un docente formarse, comentábamos que un docente más profesional es un docente más cualificado, es decir, un profesional que usa conocimientos cada vez más complejos y formales y cuyo dominio requiere un esfuerzo cada vez más significativo.
También hemos comentado las competencias clave del nuevo docente que debe concebir el entorno de aprendizaje como el lugar donde investiga, experimenta, modela, comparte ideas, toma decisiones para la solución de problemas y reflexiona sobre las competencias que son necesarias y pertinentes.
Y si además nos encontramos en un entorno virtual de aprendizaje, el equipo tutorial también debe ofrecer unas habilidades sociales y comunicativas muy potentes en el ámbito digital para tutorizar y dinamizar; y el conocimiento de herramientas tecnológicas para hacer más atractiva la presentación de contenidos. Es decir, de unos tutores expertos no sólo en la materia que van a impartir, sino también en todo lo concerniente al aprendizaje en entornos digitales.
De cualquier forma, resaltar que la esencia de cualquier proceso de aprendizaje sigue siendo la asimilación de conocimientos y aplicación práctica e inmediata de los mismos. La certificación es un título que verifica que el alumno que lo posee tiene los conocimientos y las habilidades necesarias para desarrollar una labor docente digna. Donde se han establecido unos objetivos didácticos medibles; unos contenidos actualizados a la realidad que el docente se encuentra en el aula; y un sistema de evaluación cualitativo más que cuantitativo en el que se tienen en consideración no sólo los indicadores de conocimientos teóricos (saber), sino también el desarrollo de unas habilidades (saber hacer) y unas actitudes (saber ser).