Actualidad, novedades, promociones y mucho más... ¡suscríbete a nuestra newsletter!
Estuvimos hablando sobre la necesidad de formación del docente. Ahora, nos vamos a centrar en las competencias que un docente necesita para resolver todas las situaciones que se le presentan durante una semana cualquiera del curso.
Competencia científica y competencia didáctica.
El buen docente nunca improvisa. Lo que hace es tener plan A y B ante imprevistos. Pero previamente, aún siendo experto en su materia, busca y lee información y noticias recientes para acercar los contenidos a la realidad más cercana al alumno.
También ha planificado y programado los contenidos, las actividades de aprendizaje y las de evaluación sobre cada unidad didáctica. Por lo tanto, pone en práctica sus conocimientos pedagógicos. Además, nunca hay dos grupos de clase iguales. Aunque todos los años haya que enseñar la misma unidad didáctica, sabe que cada grupo tiene vida propia, una forma de relacionarse y, por consiguiente, actitudes y necesidades diferentes. Y por eso es necesario adecuar los contenidos a cada grupo y a diferentes estilos de aprendizaje.
Es importante desarrollar estas dos competencias, porque el objetivo debe ser:
- Poner el énfasis en el proceso de aprendizaje del alumno y no tanto en el proceso de enseñanza.
- Conocer y saber aplicar diferentes metodologías para gestionar con éxito el cambio de rol del docente instructor a docente mediador.
- Abandonar una didáctica basada en la exposición unidireccional (del docente al alumnado) para adoptar una didáctica basada en la investigación y multidireccional (entre los alumnos, y entre éstos y el docente).
Competencia lingüístico-comunicativa y Competencia social-relacional.
El docente actual debe saber comunicar de manera eficiente y eficaz. En nuestras aulas podemos encontrarnos alumnos de diferentes nacionalidades y se debe favorecer la inclusión y la integración con el resto de sus compañeros. El conocimiento de idiomas, que duda cabe, favorece esta labor.
Por otro lado, un entorno cada vez más digitalizado, exige el conocimiento al menos del inglés, que es el idioma que monopoliza el mundo de la tecnología. Y si apuramos, es la lengua también para acceder a la lectura de publicaciones científicas o reglamentos europeos que versen sobre la Educación, así como para relacionarnos con otros docentes europeos y poder aprender sobre otras prácticas educativas.
Con todo esto, podemos llegar a construir una comunicación más diversa e integradora. Pero también debemos saber comunicar estos mensajes con ecuanimidad e imparcialidad, siendo emocionalmente inteligentes y motivadores para toda la comunidad educativa.
Los objetivos que persiguen el desarrollo de estas dos competencias son:
- Establecer vínculos sociales con los miembros de la comunidad educativa (alumnos, profesores y familias) y gestionar su participación.
- Participar, apoyar y entusiasmar para crear un ambiente participativo y de aprendizaje activo.
Competencia organizativa y de gestión del centro, Competencia en trabajo en equipo, Competencia en Innovación y Mejora.
Las organizaciones, también aprenden. Ravet y Attwell (2007) definió entornos de aprendizaje ‘institucionales’, en tanto que “las organizaciones, como los individuos, aprenden a través de la reflexión sobre propia práctica, su investigación colaborativa y sus redes de conocimiento”.
Cada centro está inserto en un contexto social, laboral y económico que le da identidad y que lo diferencia de otros centros. Sin embargo, todos ellos deben planificar y orientar la práctica educativa hacia la obtención de resultados sociales y educativos que incidan positivamente en el entorno. Se debe desarrollar proyectos que ofrezcan soluciones creativas e imaginativas. Y eso exige que los docentes se comprometan y se impliquen, que trabajen como un equipo y busquen la manera de aplicar la investigación educativa al aula.
Por lo tanto, los objetivos que logramos con el desarrollo de estas competencias son:
- Interpretar el contexto de trabajo y la aplicación de planes y programas educativos.
- Formar equipos que persigan la mejora y la innovación en la práctica docente.
Competencia Digital.
Ya sabemos que las Tecnologías de la Información y Comunicación son un elemento clave -aunque no el único- para provocar un cambio metodológico, porque conecta con la manera de aprender de los nuevos alumnos y permite un aprendizaje más personalizado.
Los objetivos que cumplimos siendo digitalmente competentes son:
- Integrar las tecnologías digitales en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
- Crear materiales y conocimientos en distintos lenguajes y formatos.
Por tanto, el docente debe concebir el aula y el centro como el lugar donde investiga, experimenta, modela, comparte ideas, toma decisiones para la solución de problemas y reflexiona sobre las competencias que son necesarias y pertinentes.
En mis años de docencia siempre he resaltado la importancia de centrarse en el proceso de aprendizaje y no en el proceso de enseñanza. Es agradable leer este pensamiento en este documento.
En https://tenacademy.com trabajamos basados en este ideal.