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El portafolio educativo es una herramienta de aprendizaje y evaluación que realiza el alumno a medida que aporta sus tareas, sus actividades sobre una determinada materia o sobre un proyecto educativo. Todas estas evidencias de aprendizaje informan sobre los logros y avances que realiza el alumno. Y además, en ese proceso evaluativo, también participa el alumno que valora en función de esa información qué ha aprendido y cómo lo ha aprendido. De esa manera, le evaluación ya no es una parte aislada del proceso de aprendizaje que antes solo realizaba el docente. Con esta herramienta, la evaluación adquiere un carácter formativo en la que participa activamente el alumno.
Cuando incluimos metodologías activas en el proceso de aprendizaje, cuando además queremos evaluar el desarrollo de habilidades y competencias, sabemos que el examen como medio de evaluación que solo aporta un dato numérico sobre los contenidos teóricos supuestamente asimilados, es insuficiente.
Además, la manera de trabajar en metodologías activas, hace preciso disponer de una herramienta que englobe la totalidad del proceso de aprendizaje con una doble vertiente:
- Por un lado, debe permitir al alumno recoger y guardar toda la información que necesite para trabajar, con lo cual cumple la función de una herramienta de su aprendizaje.
- Debe además permitir recoger evidencias de esos aprendizajes (todas aquellas actividades y tareas que el alumno realiza durante un proyecto educativo) para así proceder a evaluarlas de manera continua y constante en función de los objetivos didácticos y de los criterios de evaluación que se hayan establecido previamente.
El portafolio educativo del alumno es la herramienta que cumple con estas dos condiciones.
Objetivos clave del portafolio educativo del alumno
Podemos mencionar como objetivos clave del portafolio educativo del alumno, los siguientes:
- Actuar como guía en el proceso de aprendizaje de los alumnos.
- Visibilizar ante los alumnos sus propios logros.
- Concienciar sobre los conocimientos previos que tiene el alumno y cómo puede integrarlos a la tarea nueva que se le encomienda. De entrada, les hacemos ver que no parten de cero. Se sienten autónomos e independientes.
- Ofrecer resultados inmediatos del esfuerzo y logro de los estudiantes al tratarse de un trabajo continuado, aumentando su motivación y autoestima.
- Ofrecer una imagen global y amplia del aprendizaje, más allá de los resultados de una sola actividad. Establecer relaciones de unas actividades con otras, y de los resultados de todas ellas en favor de un objetivo didáctico más amplio.
- Permitir al alumno tener un papel activo en su aprendizaje mediante la búsqueda de información, el análisis y su aplicación para resolver problemas.
- Al tener un carácter cooperativo, permitir la interacción y la comunicación constante entre el docente y el alumno, y de los alumnos entre sí, para la organización y el desarrollo de las tareas o actividades.
En cuanto a los inconvenientes, los más destacados son:
- La dificultad de extrapolar e integrar estas evidencias de aprendizaje a la evaluación final de un alumno en un sistema educativo muy normativo donde sigue primando la calificación numérica de un examen tradicional.
- Su utilización implica un cambio en la manera de enseñar también muy alejada de la tradicional y mucho más cercana a metodologías activas donde el alumno es el protagonista de su aprendizaje y el profesor un guía de dicho proceso.
- Alta disciplina y rigurosidad por parte del alumno, que por otra parte, también debe adaptarse a que ya no se lo van a dar todo hecho.
Estructura de un portafolio educativo
Para definir la estructura que puede tener un portafolio educativo, podemos guiarnos de las indicaciones que nos aporta Barberá (2005), teniendo en cuenta que es posible la flexibilidad en función de nuestros objetivos didácticos:
- Una guía o un índice de contenidos que determinará el tipo de trabajo y estrategia didáctica, que puede estar totalmente determinado por el profesor o más abierto a una dirección por parte del estudiante.
- Un apartado introductorio al portafolio que detalle las intenciones, creencias y punto de partida inicial de un tema o área determinada.
- Unos temas centrales que conforman el cuerpo del portafolio y que contienen la documentación seleccionada por el alumno que muestra el aprendizaje conseguido en cada uno de los temas seleccionados.
- Un apartado de clausura como síntesis del aprendizaje con relación a los contenidos impartidos. Además en la elección de un portafolio se han de concretar todos estos aspectos:
- Autoría y audiencia del portafolio.
- Contenidos a desarrollar.
- Objetivos y competencias.
- Estructura y organización concreta.
- Criterios de evaluación.
No cabe duda de que el formato ideal del portafolio es el digital. Por varios motivos:
- De manera transversal, desarrollamos la competencia digital del alumno, al mismo tiempo que aprende a relacionar la tecnología con otros usos más allá del ocio.
- Permite la actualización rápida y constante de información al poder soportar enlaces a páginas de interés.
- El lenguaje multimedia permite que el alumno muestre sus resultados en muchos formatos (texto, audio, vídeo, gráficos…).
- Se puede compartir con otros compañeros favoreciendo el trabajo cooperativo.
En este vídeo, se explica cómo crear un portafolio educativo en Google Sites.
no es fácil pero tampoco imposible para aprender nuevo método
Es un sitio muy interesante e innovador donde aprendemos a utilizarla y mas bien beneficioso para quien lo utilce.
Me parece una buena herramienta de aprendizaje ya que podemos evidenciar los conocimientos varios que vamos aprendiendo a medida que vamos avanzando en este curso me interesa porque te obliga a leer analizar y resumir lo mas importante de cada tema de manera que nos quede como aprendizaje y no solo algo momentáneo.