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MINDFULNESS Y VERANO: PODEROSA COMBINACIÓN PARA DOCENTES
- 03/07/2017
- Publicado por: idDOCENTE
- Categoría: EDUCACIÓN
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Ya estamos en el tan deseado periodo vacacional. Hemos dejado atrás los conflictos del aula, las tutorías con las familias, las juntas de evaluación, la corrección de exámenes, la preparación de clases, los estándares, las normativas… y todos aquellos problemas o circunstancias personales que también nos influyen en nuestro estado anímico.
Tenemos por delante un tiempo para descansar y para viajar, para estar con la familia, para trasnochar con los amigos… Sin embargo, también podemos dedicar un tiempo a nosotros mismos, a prepararnos emocionalmente para que el regreso a las aulas no sea traumático, para que aquellas situaciones descritas antes y que no van a cambiar en septiembre, no supongan un obstáculo o un freno en nuestra labor docente y que la mochila a la espalda no pese tanto.
Y es que conocemos muy poco sobre los procesos de nuestro cuerpo y de nuestro cerebro. Normalmente, acudimos a un gimnasio a entrenar el bíceps, pero nos olvidamos de entrenar el músculo de la atención.
“Mindfulness” es la traducción inglesa de “Sati”, término de la lengua nativa del norte de la India, que significa conciencia, atención, recuerdo. El doctor Jon Kabat-Zinn de la Universidad de Massachusett lo empezó a utilizar en la década de los 70 del siglo pasado, y a día de hoy, cada vez tiene más presencia en el mundo educativo.
“Atención plena” o “conciencia plena” es una función cerebral que todos poseemos que si practicamos y desarrollamos, nos permite focalizar nuestra atención en lo que está ocurriendo aquí y ahora, momento a momento y en lo que sentimos mientras ocurre. El Mindfulness nos ayuda a sincronizar lo que sucede a nuestro alrededor con lo que pasa dentro de uno mismo. Y requiere de tres condiciones:
- No juzgar.
- Aceptación.
- Compasión.
Es decir, atención a pensamientos y emociones sin juzgar si son correctos o no. Y se apoya en técnicas de respiración sobre todo, y de relajación.
Pongamos un ejemplo. Situación normal de un día de clase cualquiera:
Los alumnos están dispersos, les cuesta mantener silencio.
Como no me detengo ni me paro un instante, la reacción primera es responder a la defensiva ante esta situación, nos enfadamos y mandamos callar. Juzgamos la situación como correcta o incorrecta según si encaja en el ideal de lo que debería ser. Esperamos que los alumnos guarden silencio porque es el comportamiento “adecuado” en un aula. Esperamos que cada circunstancia ocupe por sí sola el lugar correcto y cumplan su función en un orden establecido en nuestro imaginario. Y eso nos genera estrés, ansiedad, frustración.
Sin embargo, si ante esa circunstancia, nos concediéramos un instante, nos detuviéramos un momento para observar qué ocurre, cómo nos sentimos y cuáles son nuestras emociones, seguramente actuaríamos de otra manera y encontraríamos la forma de gestionar las diferentes situaciones.
Quizás, si observamos nos demos cuenta que los alumnos están más bulliciosos porque en la hora anterior han tenido un examen y tras ese nivel de esfuerzo, necesiten unos minutos para desconectar y resetear. O quizás exista un conflicto entre compañeros que esté afectando al buen ambiente de la clase.
Entonces, nos daríamos cuenta que nos hemos dejado llevar por una emoción negativa nuestra ante el bullicio de los alumnos, porque hemos juzgado y no hemos aceptado tal situación. Y que hemos respondido en función de lo que hemos sentido, pero no en función de lo que nuestros alumnos necesitan de nosotros.
Beneficios del Mindfulness para los docentes
La práctica de Mindfulness es beneficiosa para los docentes porque:
- Nos hace estar más receptivos ante los alumnos.
- Mejora nuestra atención y conciencia ante lo que nos rodea.
- Logramos un mayor equilibrio emocional.
- Reducimos el estrés porque podemos ofrecer alternativas a situaciones difíciles.
- Somos capaces de relacionarnos de manera sana y saludable con alumnos, familias y otros compañeros docentes.
- Podemos crear un buen clima en las aulas que va a repercutir siempre en beneficio de los alumnos y en mejorar las condiciones de su aprendizaje.
- Aumenta nuestra autoestima a nivel personal y profesional.
Pero lograr este estado de atención plena, de ser consciente de lo que pasa, de percibir las emociones de un grupo de alumnos hasta el punto de adelantarse a ellos, no es fácil. Exige entrenamiento para desarrollar esa capacidad cerebral. Normalmente, aunque nacemos con ella, se adormece ante el ruido externo y la cantidad de estímulos que recibimos. Y obviamos los detalles pequeños que pasan desapercibidos pero son los que encierran la solución.
Las vacaciones, el tiempo de descanso, puede ser un momento propicio para entrenar la atención. Solo necesitas sentarte frente al mar o en la montaña, o mientras esperas un avión o el bus… Y respirar. Cerrar los ojos y ser consciente de tu respiración. De cómo tomas el aire, de cómo lo expulsas. De lo que sientes o de los cambios que se producen en tu cuerpo mientras esto ocurre.
Puede parecer sencillo, pero al principio estarás receptivo a cualquier ruido que se te cruce y que captará tu atención. O cualquier otro pensamiento que asaltará tu mente. Pero tienes que volver a tu respiración.
Como hemos apuntado, los pequeños detalles son los importantes. Puedes incorporar a tu vida diaria algunos hábitos que te ayudarán a relajarte y repercutirán positivamente en tu respiración y en aquellos momentos que dediques al entrenamiento de tu atención:
- Si tienes peques en casa, obsérvalos. Intenta ver el mundo a través de sus ojos. ¿Has presenciado ese momento en que un bebé descubre su imagen en un espejo? Concentración total para no perderse el más mínimo detalle de lo que ve.
- Observa el movimiento de tu mano en el momento de coger un objeto como si fuera a cámara lenta. Todo el recorrido de tu brazo en la dirección del objeto, y cómo al mismo tiempo las articulaciones de la mano se acomodan a la forma del objeto hasta que lo agarran.
Con el tiempo, llegará el momento en que automáticamente antes de anticiparte a emitir un juicio ante una situación, sabrás contar hasta diez, sabrás respirar y aceptarás las situaciones y emociones negativas sin más. Te habrás ahorrado y habrás ahorrado a los demás algún que otro malestar y gestionarás tus emociones en la aportación de alternativas.
Por supuesto, que también puedes enseñar a tus alumnos cómo aplicar el Mindfulness para aumentar su concentración y rendir más y mejor en su aprendizaje. Pero lo dejaremos para post posteriores. Antes, debes aprender tú como docente.
¿Conocías ya el Mindfulness? ¿Recomiendas el Minfulness como una competencia emocional necesaria en el docente?