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INTERNET SEGURO Y RESPONSABLE EN EDUCACIÓN
- 16/05/2017
- Publicado por: idDOCENTE
- Categoría: TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS
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Hoy en día, buscamos un libro en PDF o en una biblioteca virtual antes que dirigirnos a la de nuestro barrio. Los periódicos y periodistas, tienen que reinventarse a diario para competir con las Redes Sociales como fuente primera de información de lo que está ocurriendo. Cualquier evento cultural, político o social cuenta con un hashtag, unos cuantos blogs y cientos de miles de opiniones.
En definitiva, la información es fundamental en cualquier ámbito. Y más aún en el docente por la enorme responsabilidad que conlleva la labor de la enseñanza. Internet permite al docente actualizar y ampliar sus conocimientos, y con la aplicación de las tecnologías al proceso de enseñanza, pueden adaptar los contenidos a la realidad del alumnado.
Sin embargo, varias veces hemos reconocido que la información no implica aprendizaje ni conocimiento. La consideración de la información como un recurso educativo de valor pasa por proporcionar a nuestros alumnos los medios necesarios para el acceso a la información. Y a su vez, fomentar unas actitudes en los jóvenes y proporcionar unas pautas que ayuden de manera eficiente en el uso seguro y responsable de las TIC, así como en su educación integral.
Porque Internet no es bueno o malo. Depende más bien de los objetivos que persigas y del uso que hagas. Pero lo que sí podemos asegurar, es que no es una red segura.
Los jóvenes de hoy forman parte de las primeras generaciones que utilizan la tecnología de manera natural. Pero es erróneo considerar que son nativos digitales. Cualquier herramienta tecnológica está pensada para que sea intuitiva y de fácil manejo. No es que los niños sean suspicaces de entenderlas sin leer instrucciones, sino que precisamente por no necesitar instrucciones son fácilmente comercializables. Un menor de poca edad también sabe manejar un cuchillo o unas tijeras. ¿Quién no se ha cortado el flequillo jugando? Pero no se las ofrecemos sin la supervisión y la guía de un adulto porque somos conscientes del peligro que esconden.
Esa es también la manera correcta de proceder con cualquier otra herramienta conectada a Internet: la educación. Una educación combinada entre la escuela y la familia. Pues ya existen sentencias de padres condenados por omitir esa educación a sus hijos en circunstancias donde las consecuencias de un mal uso han dañado a otros compañeros, como casos de ciberacoso por ejemplo.
Desde un punto de vista educativo, los riesgos a los que nos enfrentamos en Internet pueden ser principalmente por el uso que los jóvenes hacen de Internet.
En primer lugar, lo utilizan para estar conectados con su grupo de amistades. Luego para descargar juegos. Y por último, para buscar información relativa a sus estudios.
Como docentes, tendríamos que enseñar:
- Técnicas para potenciar el uso de Internet como fuente de información, pero desde una actitud crítica y reflexiva. Ofreciendo:
- Métodos de trabajo para evitar la dispersión al buscar información.
- Recursos y direcciones de interés.
- Evaluación de esa información: ¿es cierta?, ¿es fiable?, ¿cuál es su fuente?, ¿está actualizada?
- Y por supuesto, concienciar y educar que el anonimato o la sensación del “todo vale” hace que el usuario se sienta libre de realizar acciones o acceder a informaciones que no haría si se le exigiese una autenticación. Que la red actúa como un medio implacable de transmisión de cualquier tipo de información produciendo un efecto multiplicador tanto en los aspectos positivos como en los negativos.
Pero Internet también ha posibilitado muchos logros transversales en el ámbito educativo. Podemos destacar algunos:
- Permite la socialización y la comunicación entre alumnos en aquellas actividades de carácter interactivo. Por ejemplo, existen muchos programas europeos para desarrollar la competencia lingüística con alumnos de otros países mediante videoconferencias.
- Permite la personalización del aprendizaje en aquellas otras actividades individuales donde el alumno buscará y analizará la información en función de sus necesidades o intereses personales.
- Ayuda a acortar la brecha cultural entre los escolares de grandes ciudades con acceso a una oferta cultural amplia, con respecto a los escolares de zonas rurales con pocas posibilidades de encontrar esa oferta en su entorno.
- La Pedagogía Hospitalaria también tiene más posibilidades de acción gracias a Internet para dar el soporte emocional al menor que se encuentra alejado de sus compañeros de clase. Conocido es el caso del docente que consiguió que sus alumnos adoptaran el rol de profesor para transmitir los conocimientos aprendidos en al aula a su compañero enfermo.
Lo que queda claro, es que no podemos pretender que los alumnos apaguen el móvil en determinados momentos o racionalicen su uso, cuando los adultos no lo apagamos al entrar en casa ni damos ejemplos en esa línea.
Como decíamos antes, es una labor de escuela y familia. Tras la labor del docente en el aula, en casa se pueden y se deben pactar normas de uso. Pero los adultos tenemos que ser los primeros en cumplirlas. También hemos dicho que los jóvenes no son nativos digitales, necesitan una guía y un modo de hacer. Y ese sentido común, es que el deben aportar los adultos.
¿Se hace necesaria entonces una formación por iniciativa de los centros educativos hacia las familias en el uso de Internet? Probablemente, sí. Aunque como en cualquier otro aspecto, las familias y la escuela deben trabajar juntas.