HABLAMOS CON… SONIA CÁMARA (AIREA E-LEARNING)
- 13/02/2018
- Publicado por: idDOCENTE
- Categoría: ENTREVISTAS
Sonia Cámara es Profesora de Educación infantil, Intérprete de Lengua de signos y Licenciada en Psicopedagogía, además de tener un Máster en TICs y Educación, y otro de Dificultades de Aprendizaje. Nos visita para explicarnos cómo entiende ella la Diversidad.
Las necesidades educativas del alumnado que debe convivir en una sociedad compleja, cambiante y heterogénea, nos lleva a reconocer que nuestras diferencias deben sumar y no restar. ¿Y si viéramos esas particularidades como oportunidades para aprender todos de todos? Escuchar, entender, ser respetuosos y empáticos nos ofrece la posibilidad de enriquecernos como personas, y de que el centro escolar se convierta en un espacio inclusivo.
¿Existe una sola definición para un concepto como Diversidad que engloba la pluralidad? ¿Cómo debemos entender la Diversidad?
El concepto de Diversidad, curiosamente a lo largo de la historia se empleaba para hacer referencia a la diferencia, a esos colectivos que no se englobaban en la generalidad, esos eran los diversos. No obstante, hoy en día el concepto resulta mucho más interesante porque nos agrupa a todos porque todos somos diversos, todos tenemos nuestras particularidades y nuestra forma única de entender y estar en el mundo. Y es precisamente esa Diversidad, con mayúsculas, en la que todas y todos cabemos, la que enriquece la convivencia, la que aporta múltiples miradas y formas de hacer, la que resulta indispensable para que la mirada al mundo sea poliédrica.
¿El centro educativo se debe concebir como un espacio cerrado o abierto? ¿Se trata de adaptarse al medio o de evolucionar con el medio?
El centro educativo nunca puede ser un espacio cerrado, estanco, porque de ser así dejaría a mucha gente fuera del proceso de enseñanza-aprendizaje. El centro educativo debe generar espacios donde toda la comunidad educativa (equipo del propio centro, familias y alumnado) pueda converger, pueda aunar intereses y aprovechar sinergias para que el camino común sea lo más ajustado posible a los intereses y necesidades de cada niña y niño. En mi opinión, la evolución del medio y de las personas son aspectos indivisibles, el medio evoluciona porque las personas evolucionan y viceversa. Por eso es muy importante que se den las condiciones óptimas para que cada quien desarrolle todo su potencial, independientemente de sus características intrínsecas.
¿Cuáles son las realidades más frecuentes que nos podemos encontrar en el aula?
Las realidades más frecuentes en el aula pueden ser todas, si bien es cierto que hay realidades que se dan y que si no se tiene información sobre ellas, resulta muy complejo establecer los mecanismos para que todo fluya y el acceso al currículum y a la socialización de esas niñas y niños esté garantizado. Es cierto que hasta hace unos años se hablaba de diversidad funcional, cognitiva… pero se han visibilizado nuevas realidades que ya existían pero que no se trabajaban, como puede ser el caso de la diversidad sexual. Lo que está claro es que sin formación e información es muy difícil acercarse a los diferentes colectivos de una forma no estereotipada y fluida.
¿En qué lugar del currículum educativo podemos situar la convivencia?
La convivencia es un aspecto transversal del currículum. Las personas no podemos ser sin estar en relación, nos desarrollamos en un espacio de socialización en el que la convivencia es la clave. Convivir supone relacionarse, empatizar, comprender al otro. Sin esa base, ¿cómo se puede trabajar el resto del currículum?
Si cada alumno aprende de una manera diferente y con unas habilidades distintas, ¿cómo aseguramos que cada persona tenga la posibilidad de entender y de comprendernos?
Es obvio que cada cual aprendemos de una forma diferente y por ello es fundamental que en el proceso de enseñanza-aprendizaje se den diferentes posibilidades y formas de acceso. El currículum multinivel, las alfabetizaciones múltiples para abordar los diferentes tipos de inteligencia, la apertura de los modelos de evaluación (evaluación entre pares, autoevaluación, etc.) y una escucha activa de las necesidades de cada alumna y cada alumno son buenas herramientas para poder llegar a un currículo universal. Por otro lado, es necesario la existencia de una formación continua en estos temas para poder conocer los avances sociales, las nuevas herramientas que van surgiendo, contrastar con otras experiencias, conocimiento de buenas prácticas educativas en Diversidad, puesta en común de ideas…
¿Cuál es la mejor manera para que familias y centros educativos se impliquen en el proceso de enseñanza-aprendizaje?
Para poder generar una comunidad educativa activa, participativa e implicada, a pesar de que resulte obvio, hay que dejar que participe y se implique. Hay que abrir las puertas de las aulas, trabajar codo con codo, reflexionar conjuntamente, caminar de la mano. Es un proceso que hay que favorecerlo y acompañarlo, porque las familias tienen que ver el aporte que pueden realizar y sentirse a gusto para implicarse. Existe un proyecto europeo muy interesante denominado S.E.L.F. que precisamente apoya este tipo de iniciativas para que el espacio educativo sea compartido por familias y docentes, aprovechando así los saberes de ambas partes.
¿Qué condiciones mínimas, qué agentes implicados… serían necesarios para diseñar un Plan de Convivencia?
Establecer un Plan de Convivencia en un centro supone realizar una apuesta activa por incluir dentro del Proyecto de Centro las directrices a seguir para asegurar un buen clima y aseguren un marco protector y prevención de cualquier tipo de violencia, así como establecer de forma clara y precisa los protocolos en la regulación de conflictos. El establecimiento de una Comisión de Convivencia compuesto por el Director o Directora del Centro, el Jefe o Jefa de Estudios y dos miembros del Consejo escolar, es un punto indispensable para poder tener claras las diferentes actuaciones a seguir en cada caso. Si además existe un Equipo de mediación en el que se queda incluir a alumnado que ayude en la mediación de los conflictos que surjan, se asegura la cercanía entre iguales y el aprendizaje de la gestión de los mismos.
En definitiva, se han de superar esas diferencias establecidas en función del sexo, la clase social, la religión, las capacidades intelectuales o físicas… para entender las diferencias como una oportunidad de aprendizaje social, curricular y pedagógico. Por ello, necesitamos contar con un profesorado preparado capaz de entender todas esas realidades para que la diversidad sea una oportunidad educativa que enriquezca a toda la comunidad educativa, y en consecuencia, a toda la sociedad.