LOS PADRES, DETERMINANTES EN LOS ESTUDIOS DE SUS HIJOS
- 16/12/2020
- Publicado por: Toni García Arias
- Categoría: OPINIÓN
Por Toni García Arias.
Hace unas semanas, conocíamos por la prensa los resultados del informe TIMSS que mide las competencias de los alumnos de 4º de Primaria de 64 países en el ámbito de las matemáticas y las ciencias. Como resultado final, España obtiene una puntuación de 511 puntos en Ciencias ―por debajo de los 526 de media de la OCDE y de los 514 de la UE― y de 502 en Matemáticas ―lejos de los 527 de la OCDE y los 513 europeos―. Algunos periódicos aprovecharon estos resultados para publicar la noticia con el titular de que el problema de dichos resultados era la falta de formación del profesorado que impartía el área. Todos los que me conocen saben que soy muy crítico con la formación que recibe el profesorado, tanto la que recibe en la facultad de educación como la que recibe ya en el ejercicio de la profesión. Y también soy muy crítico con respecto a la metodología de las matemáticas y al poco valor que en nuestro país se le da a la ciencia. Sin embargo, en algo tan complejo como es la educación, donde intervienen infinidad de factores, señalar a los docentes como únicos culpables de un problema tan amplio parece, como mínimo, un poco malintencionado.
Un gran número de investigaciones sobre el tema (Hattie, Avanzini, Coleman, etc.) señala que los estudios de los padres, la importancia que le dan a los estudios y las expectativas sobre los hijos son -en muchas ocasiones- determinantes para que los niños alcancen buenos resultados académicos. Más determinantes, incluso, que el propio currículo o la metodología de aula.
Con respecto a los estudios, estas investigaciones señalan que, para los padres con estudios superiores, el hecho de que sus hijos no realicen estudios superiores supone un cierto fracaso, por lo que -de alguna manera- los hijos desde muy pequeños ya van siendo concienciados sobre que no existe otra posibilidad que la de seguir estudiando. Por su lado, los padres que solo tienen estudios obligatorios no perciben como un problema que sus hijos no realicen estudios superiores o no obligatorios.
Con respecto a la importancia que los padres dan a los estudios y a las expectativas que tienen sobre sus hijos (también influye el número de libros en casa), dichas investigaciones señalan que resultan determinantes, ya que muchos niños estudian por imitación, para agradar a sus padres y por lo que supone de motivador el llamado efecto Pigmalión. En este sentido, por ejemplo, en la España de la época de los 80 y 90, donde una gran mayoría de padres no tenían estudios, esa misma gran mayoría de padres tenían claro que querían que sus hijos estudiasen por la importancia que se le otorgaba a los estudios en aquellos años. Eso, sin embargo, hoy en día parece haber cambiado.
A pesar de que todo esto que señalan las investigaciones (no yo) parece obvio, estas últimas semanas he tenido diferentes discusiones sobre este asunto. Por alguna razón extraordinaria, muchas personas tienen claro que el único culpable de que un alumno suspenda es el docente. No hay más. Ni el entorno, ni el sistema educativo, ni el currículo, ni los padres, ni las amistades, ni la motivación extrínseca ni intrínseca, ni el nivel cultural, ni las expectativas, ni la madurez… Nada. Ninguna de las 250 influencias sobre el rendimiento escolar estudiadas por Hattie. Solo el docente. Esto concuerda con este mundo actual donde nadie parece querer ser responsable de nada y donde el análisis de las problemáticas se simplifica de una manera perniciosa.
Obviamente, existen infinidad de aspectos a mejorar en el currículo, en las metodologías y en el propio sistema educativo, pero también en la educación que algunos padres les están dando a sus hijos. Los padres no están para enseñar derivadas ni integrales, pero sí están para que sus hijos sean respetuosos con los docentes y con sus compañeros, para que amen el aprendizaje, para que sean honestos, para que sean responsables, constantes, comprometidos, disciplinados. Es decir; para desarrollar en ellos todas esas cualidades imprescindibles para el aprendizaje. Por supuesto, hay excepciones, como todo en la vida, pero sin esas cualidades, sin que los padres valoren los estudios, sin que los padres tengan expectativas sobre sus hijos, difícilmente sus hijos querrán seguir estudiando.
En la educación de un niño intervienen la familia y la escuela, que son las dos instituciones educativas fundamentales, pero también la sociedad en su conjunto y los medios de comunicación. Si los docentes se esfuerzan para que los niños estudien, pero sus padres no tienen expectativas sobre ellos, la sociedad les da como ejemplo de éxito al constructor de turno que se forró en tres meses y los medios de comunicación dan como ejemplo de éxito a un Youtubero o un Tiktokero que se ha hecho famoso por hacer mamarrachadas, la escuela difícilmente podrá combatir contra eso. Lo intentarán y, en algunos casos lo conseguirán, pero lo tienen muy difícil. Si en un barco donde hay 4 remos, 3 giran hacia un lado y solo 1 gira hacia el lado contrario, el barco terminará tomando el rumbo a donde lo conducen los 3 remos. Sé que esto es impopular y que es algo que no gusta oír, pero, por desgracia, también son matemáticas. Por eso, en la educación de los menores, es tan necesaria la colaboración y la implicación de todos.
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Estoy totalmente de acuerdo con tu artículo, he visto plasmada mi opinión y supongo que la de muchos docentes.
No se trata de evadir responsabilidades pero cuando leo artículos sobre el fracaso del sistema educativo, siento que los autores no viven en el planeta Tierra.
Parece inaudito que con tanta innovación tecnológica cueste tanto conocer la realidad. El sistema educativo ha ido a peor, e irá a peor mientras sólo se piense qué el problema es el profesor que es tan poco creativo que no sabe interesar a un adolescente.