EL IMPACTO EMOCIONAL DE LA PANDEMIA
- 21/09/2020
- Publicado por: idDOCENTE
- Categoría: EDUCACIÓN
Comienza el curso y los alumnos regresan al aula. Niños y niñas de todas las edades se incorporan a sus colegios e institutos después de casi seis meses de ausencia. Los centros educativos recuperan esa algarabía propia del día a día. Sin embargo, muchos docentes señalan que esta algarabía no es la misma que la que había antes de la pandemia. Los profesores comentan que muchos niños acuden al colegio y al instituto con miedo, otros con desconfianza, otros vienen muy aleccionados sobre la importancia de respetar las medidas sanitarias y todos, de un modo u otro, han sufrido algún impacto emocional producido por el largo confinamiento.
Si bien es cierto que los niños y niñas suelen adaptarse mejor a las nuevas circunstancias que los adultos gracias a la maravillosa plasticidad de su cerebro, también es cierto que todos han vivido una circunstancia realmente excepcional y que ello genera algún desequilibrio tanto psicológico como emocional antes de que se produzca una plena adaptación a esa nueva situación.
En este post vamos a tratar algunos de los aspectos que debemos tener en cuenta tanto en el aula como en la propia casa para atender a ese impacto emocional sufrido por el largo confinamiento.
Síntomas del impacto
Todas las adaptaciones conllevan un periodo de asimilación. Por lo general, esa asimilación suele ser positiva, sin embargo, muchas personas suelen mostrar síntomas físicos producidos por la inestabilidad emocional que produce una situación nueva y estresante. Entre esos síntomas en la edad infantil y juvenil nos podemos encontrar, entre otras, con:
- Regresiones a etapas evolutivas previas a la del propio desarrollo: algunos niños suelen estar más apegado a los padres, hablar como si fueran más pequeños, llorar como si fuesen un bebé, e incluso orinarse de nuevo en la cama.
- Síntomas físicos propios de la somatización: dolor de barriga, dificultad para respirar, dolor de cabeza, mareos, náuseas, diarreas.
- Cambios de comportamiento: algunos alumnos ante los cambios pueden mostrar una conducta disruptiva, desafíos, irritabilidad, desobediencia.
- Cambio en los aspectos sentimentales: en este sentido, la emotividad de los menores puede cambiar mostrando tristeza, miedo, ansiedad, inestabilidad, agitación.
Actuación en el centro
¿Cómo debemos actuar en el centro? Los niños acaban de llegar a los centros tras un confinamiento y tras seis meses sin interactuar socialmente con todos sus compañeros. Por ello, el centro educativo debe establecer un plan de actuación emocional. Para ello, debemos establecer tres momentos dentro de ese plan emocional:
- Detección: teniendo en cuenta los síntomas mencionados y la actitud en el aula, debemos comenzar a identificar a aquellos alumnos que parezcan haber desarrollado algún tipo de sintomatología. Esos alumnos deberán recibir una atención directa e inmediata por parte del equipo de orientación del centro.
- Prevención: deberán planificarse actividades que permitan al alumnado manifestarse y expresarse tanto para poder detectar a aquellos alumnos que, exteriormente, no manifiesten sintomatología, pero que interiormente, sí, así como actividades destinadas a la catarsis y a la prevención. En este punto, podemos realizar actividades de:
- Expresión plástica: dibujos sobre la familia, sobre ellos mismos, sobre el coronavirus, sobre nosotros como héroes, nuestros miedos, etc.
- Expresión oral: asambleas y debates donde se compartan sentimientos, sobre el coronavirus, sobre nuestros miedos, nuestras fortalezas, etc.
- Expresión escrita: igual que las anteriores para para los alumnos mayores.
- Reconocimiento de nuestras emociones: a veces un niño puede mostrar un comportamiento agresivo, sin embargo, ese comportamiento puede ser producido por la ira, por el enfado o por la frustración. Estos tres sentimientos son diferentes, por eso es fundamental que desde pequeños los alumnos aprendan a conocer sus comportamientos, las emociones y sentimientos que provocan esos comportamientos y cómo gestionarlos.
Cómo actuar emocionalmente
El niño suele asimilar el comportamiento del adulto. Ante un fallecimiento, por ejemplo, ante una situación crítica, la actitud de los adultos es fundamental a la hora de mostrarse ante los niños. Si los adultos dramatizan en exceso, pierden los nervios, exageran la situación, los niños imitarán dicho comportamiento por asimilación entendiendo que ese debe ser el comportamiento socialmente aceptable. Si, por el contrario, los adultos normalizan -dentro de las posibilidades- la situación, los niños aprenderán a asumir ese comportamiento reflexivo. Por esta razón, durante este inicio de curso, donde los alumnos tienen que mantener la distancia de seguridad y realizar todas las medidas de higiene, es fundamental que afrontemos la situación con normalidad. Para ello:
- Debemos explicar el porqué de estas medidas sanitarias: muchas veces les decimos a los menores lo que tiene que hacer, pero no les explicamos ni el por qué ni los beneficios de hacerlo o los perjuicios de no hacerlo.
- Debemos asumir que, por olvido, a veces los niños se aproximarán a sus compañeros rompiendo esa distancia del metro y medio: por ello, podemos avisar de que mantengan dicha distancia, pero no crear un drama ni reñir o castigar por ello.
- Seguimos socializando: debemos explicarles a los menores que el modo de socializar en la clase ha cambiado, pero que debemos positivizar la situación. Para ello, debemos explicarles que es importante no compartir materiales por el riesgo al contagio, pero que podemos seguir jugando juntos cada uno con nuestros materiales, que podemos seguir hablando y haciéndonos bromas, que podemos bailar, saltar, reír y que podemos seguir realizando actividades al aire libre sin contacto: leer libros, jugar a juegos populares, hacer carreras, etc.