HABLAMOS CON… MIGUEL ÁNGEL ESPINAR (CONECTA13)
- 23/10/2017
- Publicado por: idDOCENTE
- Categoría: ENTREVISTAS
Miguel Angel Espinar, Dinamizador Territorial en Granada del Consorcio Fernando de los Ríos que gestiona la red Guadalinfo, cofundador de Proyéctate Ahora. Según sus palabras “la razón de usar el aditivo “play” en mi nick es debido a su significado en inglés, ya que abarca mucho más que la simple acción de jugar… Equivale también a representar, reproducir música o vídeo, tocar, actuar, desempeñar; y todo esto describe bastante bien a lo que me dedico. Me encanta usar el juego para generar ideas y solucionar problemas”.
Es el director de nuestro Curso online de gamificación aplicada a la educación, y nuestro entrevistado de este mes.
Normalmente empleamos los términos Gamificación, Ludificación y Serious Games indistintamente. ¿Cómo definimos cada término y a qué contexto los aplicamos?
Gamificación es el uso de elementos propios del universo de los juegos en un entorno no lúdico para lograr una motivación. Esta palabra, gamificación, es un anglicismo (game=juego) que se ha impuesto en el mundo de habla hispana frente al término ludificación que sería el adecuado en castellano. Los “Serious Games” son juegos serios como su nombre indica, esto es, juegos que se crean con un objetivo último distinto a la diversión ya sea para mejorar el aprendizaje como en el caso de los simuladores, para mejorar la imagen de marca o para concienciar sobre un problema social. La diferencia con la gamificación es que en los juegos serios se construye un juego completo desde cero y en la gamificación se aliña a un sistema que ya existe. Como por ejemplo, una unidad didáctica en el aula con sus objetivos de aprendizaje ya definidos. Claro está que hay aliños que hacen muy sabrosas las ensaladas.
¿Qué es jugar más allá del acto puramente lúdico? ¿Qué habilidades desarrollamos cuándo jugamos?
Entender que el juego se puede usar para algo más que divertirnos sin perder esta cualidad. Los felinos juegan para entrenar sus habilidades de caza y como dijo el psicólogo Jerome Bruner: «El juego no es solo juego infantil. Jugar, para el niño y para el adulto… Es una forma de utilizar la mente e, incluso mejor, una actitud sobre cómo utilizar la mente.” Con el juego desarrollamos competencias como el trabajo en equipo, la creatividad, la autonomía, la flexibilidad, la resiliencia, la estrategia… Es un marco donde el jugador se siente seguro y es el juego el que a través de sus reglas desarrolla las distintas habilidades.
¿Por qué engancha jugar? ¿A qué tipo de motivaciones se apela?
Los juegos estimulan la mente proponiendo retos y generando recompensas lo que genera dopamina en el cerebro. La dopamina es responsable de la sensación de placer y motiva la curiosidad, por lo que queremos ver cómo sigue el juego, al realizar nuestras acciones, acertar y conseguir la recompensa se vuelve a generar la dopamina comenzando el ciclo. Las motivaciones extrínsecas como ganar puntos, medallas o mejorar nuestra clasificación funcionan en los juegos en el corto plazo pero son las intrínsecas las que harán que se perdure en el juego a largo plazo. Estas motivaciones intrínsecas las clasificó Andrzej Marczewski, basándose en la teoría psicológica de la autodeterminación, en: “Relateness” o motivación de pertenecer a una comunidad o relacionarte con los demás, “Autonomy” o la capacidad para decidir dentro del juego tus propias decisiones, “Mastery” como la motivación de mejorar y superarse a sí mismo, y “Porpose” o motivación intrínseca para hacer algo por puro altruismo.
La opción “volver a jugar” que aparece en los juegos quizás es la única posibilidad que se nos ofrece de reconocer un error sin que se penalice, ¿cómo lo convertimos en aprendizaje?
Esa es la clave del aprendizaje a través del juego. En él se genera un mundo donde se permite el fallo y esto hace que los alumnos sean capaces de desarrollar propuestas más creativas y explorar alternativas por sí mismos lo que enriquece su aprendizaje y estimula la repetición de las tareas mejorando sus habilidades.
¿Qué importancia tiene la comunidad de jugadores y cómo influye en el aprendizaje?
La comunidad que se genera alrededor del juego viene promovida por la motivación intrínseca de pertenencia y de relación. Cuando los jugadores-alumnos tienen una experiencia inmersiva en el juego tienen la necesidad de expresarse al resto de jugadores y compartir sus logros, avatares o teorías sobre el juego. Además, muchos jugadores ven la comunidad como una posibilidad de mostrar su estatus frente a los demás convirtiéndose en mentores de otros jugadores e incluso haciendo tutoriales sobre cómo superar retos lo que genera un ecosistema de conocimiento que enriquece a toda la comunidad y facilita el aprendizaje a todos los jugadores.
Entendiendo que cada jugador representa una actitud, ¿qué jugadores son imprescindibles en un juego?
Todos los jugadores son imprescindibles en el juego ya que son una representación de las tipologías de las personas en ese universo. No se puede obviar a un tipo de personas. Dicho esto y dependiendo del juego y sus objetivos se deberá estimular más las partes del juego que más gusten a aquellos perfiles que nos interesan. Un juego como el “MindCraft” se basa en la exploración y la creación pero no impide que los jugadores si lo deciden se reten dentro de su mundo. Los tipos de jugadores propuestos por Richard Bartle son una buena manera de entender esto. Bartle distinguía entre jugadores “Exploradores” que disfrutan conociendo el mundo en el que se encuentran, los “Triunfadores” que buscan la superación constante de sí mismos, los “Socializadores” que se divierten entrando en contacto con otros jugadores y con el sistema en sí, y por último los “Asesinos” que buscan el enfrentamiento con los demás jugadores.
¿Cuál es la finalidad de la narrativa en los juegos? ¿Cuáles son los pasos esenciales para construir una buena historia? ¿Y la finalidad de la estética?
La narrativa es el hilo que seguimos durante todo el juego y la que responde a la pregunta de por qué estamos ahí. A todas las personas nos gustan las historias por naturaleza y en el aprendizaje nos permite afianzar conocimientos de una forma rápida, sencilla y entretenida. Las historias no tienen por qué ser complejas en un principio y parten de un conflicto y un protagonista que se enfrenta a él para resolverlo superando obstáculos. Esto unido a un lugar, un tiempo determinado y otros personajes con los que se relacionan, construye la historia. Hay otras formas de construir historias que son métodos cerrados y en el que el más famoso es “El Viaje del Héroe” que se da en gran cantidad de películas y literatura como “El Señor de los Anillos”, “Harry Potter” o “Star Wars”, por ejemplo. Por otro lado, la estética del juego entendida como el conjunto de elementos gráficos y sonoros del juego, harán que la inmersión en éste sea mayor si es coherente con la narrativa y ayuda a facilitar la visibilidad de las mecánicas y dinámicas del juego. Para los jugadores será más fácil dejarse llevar por el juego cuando todo tiene que ver con la historia, si la banda sonora se vuelve épica cuando superamos un reto o nos enfrentamos a él, si al luchar nuestro personaje con sable se escucha el contacto del metal. O respecto al grafismo, en el caso de que nos encontremos en una historia de piratas, el personaje encaja y al ir perdiendo vida va transformándose con un parche o una pata de palo, los puntos conseguidos son monedas de un tesoro, etc.
¿De qué nos valemos para que el alumno sienta el impulso de seguir adelante y conseguir los objetivos didácticos?
Para conseguir esto debemos transformar los objetivos didácticos en retos, y las habilidades que necesitan para superarlos en mecánicas del juego que otorguen puntos, experiencia y hagan subir de nivel en ciclos de actividad repetitiva. Esto unido a los tipos de diversión que ofrezcamos a los alumnos, de expresión, de comunidad, de sensaciones, de descubrimiento de fantasía; unos componentes de juego adecuados y una narrativa que les estimule junto a una estética inmersiva y coherente, lograrán que el alumno quiera superar los retos propuestos y conseguir los objetivos didácticos. A mi entender, la construcción de un reto adecuado y equilibrado en cada nivel de aprendizaje que estimule al alumno, es la clave.
En definitiva, “las dinámicas de juego basadas en el reto, la curiosidad, la expresión, la colaboración o la exploración encajan perfectamente en el aula, aumentan la motivación del alumno e incrementan los resultados de los alumnos. Además promueve un ambiente donde el alumno entiende el error como fuente de experiencia y aprendizaje lo que estimula la creatividad y minimiza el miedo a la participación en el aula”.
Mencionar además, que en la tutorización del curso le acompañarán David Álvarez y Azahara García.