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Los deberes son, posiblemente, uno de los temas que más discrepancias causan entre alumnos, docentes y padres. Si bien hace unos años nadie ponía en tela de juicio la necesidad de unos deberes en casa, en la actualidad muchos padres y docentes comienzan a decantarse por su desaparición absoluta. Aun así, en el día a día, incluso los propios padres tampoco parecen compartir un pensamiento común: ante unos mismos deberes para casa, unos padres los consideran demasiado y, otros, demasiado poco.
¿Qué nos dicen los datos?
Al margen de la visión particular, lo importante son los datos reales al respecto. Según los datos de la OCDE, los niños españoles dedican a hacer deberes 6,5 horas semanales, lo que supone 1,6 horas más que la media.
Por su parte, en el último estudio PISA sobre este asunto, se han recogido los siguientes datos:
- En el extremo superior por número de horas dedicadas a las tareas escolares en casa, se sitúan los alumnos de Shanghay, que dedican 13,8 horas; Rusia con 9,7 horas; Singapur con 9,4 horas y Kazajistán con 8,8 horas.
- En el extremo inferior por número de horas dedicadas a las tareas escolares en casa, se sitúan los alumnos de República Checa con 3,1 horas; Corea del Sur con 2,9 horas y Finlandia con 2,8 horas.
Aunque en el mismo estudio se indica que el tiempo dedicado a los deberes puede relacionarse en algunos casos con mejores resultados académicos -por ejemplo, en el área de Matemáticas-, el tema de los deberes sigue generando discusión entre los expertos educativos, que se posicionan tanto a favor como en contra con argumentos igualmente válidos por ambas partes. Además, los expertos también alertan de que -además de los datos cuantitativos- también habría que medir los datos cualitativos relacionados con el rendimiento escolar real en el aula, que es absolutamente dispar entre los distintos países.
Argumentos a favor de los deberes
Según los expertos que defienden los deberes, entre los beneficios para los estudiantes estarían los siguientes:
- Refuerzan lo aprendido en el aula. Esta es una de las mayores justificaciones para enviar deberes para casa: los deberes ayudan a ampliar y fijar los contenidos trabajados en el aula. En este sentido, se ha demostrado científicamente que los deberes resultan muy eficaces para afianzar habilidades que requieren una repetición continuada, como son la lectura, la ortografía y el cálculo.
- Promueven hábitos de estudio y de trabajo. Este es otra de las grandes justificaciones para enviar deberes: las tareas enviadas para casa hacen que los alumnos adquieran y desarrollen hábitos de estudio, aspecto cada vez más necesario a medida que dichos alumnos vayan avanzando en las distintas etapas educativas.
- Favorecen la autonomía. Otra de las justificaciones para el envío de tareas para casa es que los deberes desarrollan en los alumnos las capacidades de organización y gestión no solo de su propio aprendizaje sino también de su propia rutina, lo cual ayuda a fomentar la responsabilidad. En este sentido, William Damon, director del “Handbook of Child Psychology”, de la editorial Wiley, reconocido mundialmente, señala que la desmesurada preocupación actual por el bienestar del niño ha producido una excesiva laxitud educativa que hace que cada vez los niños sean menos tolerantes a la frustración y al esfuerzo.
Argumentos en contra de los deberes
Por su parte, los especialistas que se posicionan en contra de los deberes señalan que tienen -entre otros- los siguientes inconvenientes:
- Amplían la jornada “laboral” del niño. El exceso de tareas académicas por la tarde es uno de los principales argumentos de quienes defienden la eliminación de los deberes, ya que se considera que -con el horario dedicado a trabajar en el aula- debería ser suficiente. Además, muchos expertos señalan que el exceso de este tiempo extra genera en los alumnos ansiedad y estrés.
- Ocupan todo el tiempo libre del niño. La ocupación del tiempo libre del niño en los deberes de clase hace que los alumnos apenas tengan tiempo para realizar otras actividades de ocio, especialmente las actividades deportivas, tan necesarias en las edades más tempranas.
- Crean conflictos en el ámbito familiar. Según algunos expertos, la realización de los deberes en casa crea conflictos y enfrentamientos entre padres e hijos e, incluso, entre los propios padres, tanto por el poco tiempo disponible como por el cansancio de niños y padres. Además, estos expertos también destacan que la situación social, cultural o económica de los padres determina en muchas ocasiones que los niños realicen los deberes o no.
Consejos para unos deberes equilibrados
Posiblemente, entre enviar deberes que ocupen casi la totalidad del tiempo de ocio del menor y la eliminación absoluta, el término medio sería el más adecuado. Si, finalmente, apostamos por el envío de unos deberes equilibrados, deberían atender a los siguientes consejos:
- Deben estar dirigidos a la creación de hábitos.
- Deben estar dirigidos al refuerzo de conocimientos y no a la ampliación de los mismos.
- El nivel de dificultad debe ser ajustado.
- Deben ser personalizados, adecuándose a las características, dificultades y necesidades de cada alumno.
- Deben planificarse equilibradamente entre todos los docentes, de tal manera que la suma de los deberes de las distintas asignaturas no sea excesiva.
- Pueden enviarse alternos o semanales en lugar de diarios.
- Deben ser prácticos, de manera que los alumnos puedan experimentar con lo aprendido en clase.
En el siguiente vídeo podrás encontrar algunos de los aspectos tanto a favor como en contra de los que hemos hablado a lo largo de este post.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Deberes sí o deberes no?
Estoy de acuerdo con que hay que mandar deberes a casa, ya que, en resumen, ayudan al alumno y alumna a ser responsable, organizar su tiempo, para afianzar el contenido dado en clase, para al día siguiente poder preguntar las dudas y para tener una obligación.
Yo ODIO que manden deberes a casa y es idiota el que piense que son buenos. Estoy en contra de la parte buena de los deberes excepto le 3, y muy a favor de la parte mala.