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DEBERES DE VERANO: ¿A FAVOR O EN CONTRA?
- 21/06/2022
- Publicado por: idDOCENTE
- Categoría: EDUCACIÓN
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Como cada final de curso, llegan las vacaciones a los colegios y, con ellas, el gran debate sobre los deberes de verano. Sin lugar a dudas, en este apasionante debate existen muchas personas a favor de que los alumnos realicen actividades académicas a lo largo del verano y personas que opinan que las vacaciones están para disfrutarlas y descansar. A todo ello, se unen los problemas de conciliación familiar, donde a veces los deberes ayudan a los padres a que sus hijos tengan alguna tarea que hacer. A lo largo de este post os ofrecemos aspectos a favor de los deberes de verano y aspectos en contra.
A favor de los deberes de verano
Es evidente que la realización de tareas fuera del aula ayuda al desarrollo de ciertos procesos de aprendizaje de los menores. Entre esos aspectos positivos podemos destacar los siguientes:
- Crean un hábito de estudio: aquellos que apuestan por los deberes en verano señalan que las tareas académicas durante las vacaciones de verano mantienen el hábito de trabajo durante este periodo. Además, consideran que las vacaciones de verano son largas, por lo que es importante mantener una rutina.
- Asimismo, los deberes sirven para consolidar todo aquellos que se ha aprendido durante el curso.
- Además, gracias a la consolidación de aprendizajes y a la adquisición de otros nuevos, los deberes también ayudan a los alumnos a prepararse para el curso siguiente.
- Por otro lado, las actividades de los deberes de verano, al ser más lúdicas, estimulan y motivan a los niños a aprender.
- Del mismo modo, los deberes de verano ayudan también a la consolidación de la autonomía y de la gestión del tiempo y de las tareas.
- Por último, cuando se dispone de tiempo, los deberes de verano promueven la participación e implicación de la familia en el proceso de enseñanza y aprendizaje de los menores.
En contra de los deberes de verano
La realización de tareas académicas fuera del horario escolar también producen ciertos desequilibrios, especialmente en periodos vacacionales. Debido a ello, los contrarios a los deberes en periodo vacacional argumentan los siguientes aspectos:
- Por un lado, la propia palabra “deberes” a veces ya predispone a los niños a su rechazo. Esto puede provocar que no exista una motivación hacia la realización de este tipo de actividades y que se pierda el interés.
- Por otra parte, muchos opinan que este tipo de actividades solo tienen la finalidad de mantener al niño ocupado, ya que no existe una corrección inmediata por parte del profesorado y, en muchas ocasiones, aunque se corrijan al inicio del curso siguiente, la finalidad del aprendizaje adquirido ya no tiene efectividad al haber pasado tanto tiempo.
- Además de esto, los críticos de los deberes durante el verano manifiestan que los niños requieren de actividades lúdicas para desarrollar todo tipo de habilidades y capacidades más allá de la escuela. En este sentido, anteponen el crecimiento y el aprendizaje libre que supone el juego durante este periodo al mantenimiento de una rutina académica.
- Por último, muchos padres consideran que este tipo de tareas generan tensiones en el ámbito familiar. Por un lado, convierte a los padres en maestros, obligándoles a realizar una función coercitiva en un periodo que debería ser lúdico y, por otro lado, porque el proceso de enseñanza por parte de padres que no tienen conocimientos pedagógicos y didácticos puede generar más frustración tanto en los padres como en los niños que beneficios.
Deberes alternativos
Como no podía ser de otro modo, entre ambas postura se sitúan aquellos que consideran que todo en la vida supone un aprendizaje y que se puede aprovechar el verano para realizar ciertas actividades lúdicas imposibles de realizar durante el resto del año y que también pueden generar un importante cúmulo de aprendizajes significativos para el niño. Se trataría, por tanto, de realizar tareas, pero no propiamente académicas. Entre esas actividades, destacarían las siguientes:
- Escribir un diario de vacaciones.
- Leer aquello que nos guste.
- Escribir cartas a compañeros de clase y/o a familiares.
- Hacer la lista de la compra con los padres, ir al supermercado, pagar y contar el cambio.
- Hacer experimentos con materiales reciclados.
- Cocinar: medir, contar, leer recetas, …
- Visitar exposiciones y museos.
- Investigar e informarse sobre aquello que le gusta: aviones, mariposas, dinosaurios, etc.
- Dibujar: flores, animales, paisajes, rostros…
- Pedirles a los abuelos que les cuenten cuentos.
- Escribir cuentos.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Estás a favor o en contra de los deberes en las vacaciones de verano? ¿Piensas que es mejor realizar otro tipo de tareas alternativas y más lúdicas? Puedes dejarnos aquí tu opinión sobre este interesante tema.